Cómo bajar la fiebre en un gato

Autor: Robert White
Fecha De Creación: 1 Agosto 2021
Fecha De Actualización: 11 Mayo 2024
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Cómo bajar la fiebre en un gato - Enciclopedia
Cómo bajar la fiebre en un gato - Enciclopedia

Contenido

Tener fiebre no siempre es malo. Es una respuesta inmune muy normal que ayuda al cuerpo a recuperarse de ciertas enfermedades al eliminar las bacterias sensibles al calor. Este mismo calor también es responsable de aumentar el flujo sanguíneo a los tejidos lesionados, con el fin de ayudar en su reparación. Sin embargo, la fiebre no siempre es un aliado. Si un gato tiene fiebre, debe bajar la temperatura de su cuerpo para ayudarlo a mejorar más rápido. También hay muchos medicamentos a considerar. El objetivo es hacer que el animal se sienta más cómodo y, en consecuencia, acabar con la fiebre de una vez por todas.

Pasos

Método 1 de 2: Reducir la fiebre en casa




  1. Brian Bourquin, DVM
    Veterinario y propietario de Boston Veterinary Clinic.

    Los síntomas de la fiebre son difíciles de notar en un gato. Si su gato tiene fiebre, es posible que ni siquiera tenga síntomas. Sin embargo, el gato puede actuar de forma extraña o hacer ruidos dolorosos al caminar. Si la fiebre es muy alta, su cuerpo puede calentarse por fuera y podrá notarlo sujetándolo. Además, asegúrese de que la nariz del gato esté seca; no es un signo de fiebre, sino de deshidratación.

  2. Toma la temperatura del gato. Observar los síntomas puede ayudar, pero la única forma de estar seguro es tomar la temperatura del animal con un termómetro. Puede controlar la temperatura en el recto o en el oído.
    • Reúna los materiales necesarios. Necesitará un termómetro, lubricante (vaselina o KY, por ejemplo), alcohol, toallas de papel y bocadillos.
    • Si el termómetro está hecho de vidrio, revuelva hasta que el mercurio esté por debajo de la línea de 35 ° C. En un teléfono digital, simplemente llame. En el oído, utilice siempre un termómetro específico diseñado para mascotas.
    • En el recto, es fundamental lubricar el termómetro.
    • Coloque al gato debajo de un brazo o pídale a alguien que lo sostenga por usted. Levanta la cola del animal.
    • Inserte aproximadamente 5 cm del termómetro en el ano del gato. Mantenga esta posición durante dos minutos. Si el termómetro es digital, espere hasta que suene un pitido.
    • Limpia el termómetro con toallas de papel y alcohol.
    • Dale un bocadillo al coño para que se calme.
    • Si la temperatura es superior a 39 ° C, lleve al animal al veterinario inmediatamente. Una fiebre tan alta puede causar problemas en los órganos.

  3. Examina el cuerpo del animal. Pase los dedos por todo el cuerpo del gato, presionando y frotando suavemente. A esto se le llama "sentimiento". Determinar fracturas, ganglios linfáticos inflamados, abscesos, heridas infectadas o tumores. Todo esto puede provocar fiebre.
    • Es posible que se sienta o no un hueso roto durante este procedimiento. Las fracturas causan hinchazón y hematomas en el área donde ocurrieron; además, si la presión es demasiado grande, el gato sentirá dolor. Así que sé lo más delicado posible.
    • Los ganglios linfáticos, cuando están inflamados, se pueden sentir debajo de la mandíbula y alrededor de los hombros. También revise la parte posterior de las piernas y el área genital.
    • Si nota alguno de estos síntomas, consulte a un veterinario de inmediato. Todas estas condiciones requieren atención médica.
    • Si el animal no muestra ninguno de los signos mencionados anteriormente, significa que probablemente la fiebre sea una respuesta inmunitaria normal. Siga los pasos a continuación, a menos que la fiebre haya durado más de 24 horas. En ese caso, consulte a un veterinario lo antes posible.

  4. Ayuda a bajar la temperatura del gato. Tenga en cuenta que estos animales sudan a través de las glándulas de sus patas y también a través de las sibilancias. Teniendo en cuenta esta información, ¡puedes ayudarlo! Primero, deje al gato en una habitación fresca y oscura donde el piso sea de cerámica. De esa manera, se acostará y transferirá el calor corporal al suelo. Otros consejos son:
    • Coloque un ventilador en el piso para que el animal reciba un viento frío;
    • Coloque bolsas de hielo en el cuerpo o las patas del gato.
    • Si al gato le gusta el agua, moje su cuerpo; para ello, puede utilizar una toalla húmeda o incluso un atomizador. La evaporación ayudará a bajar la temperatura.
  5. Proporcione mucha agua. La fiebre puede ser causada por deshidratación o llevar al desarrollo de esa condición. De ahí la importancia de ofrecer agua fresca al animal en todo momento. Si no quiere beber, ponga agua en una jeringa (sin que la aguja) y colóquelo en la boca del gato. Este procedimiento de rehidratación ayuda a bajar la temperatura corporal (razón por la cual, en las clínicas, los veterinarios administran suero a los animales).
    • Un gato con fiebre no se levantará y caminará por la casa, así que deje mucha agua cerca del animal. En este último caso, es posible mojar una esponja y frotarla sobre las encías del coño.
    • Además de agua, también puede dar una solución isotónica o electrolítica al animal con fiebre. Esto ayuda especialmente si el gato tiene vómitos o diarrea, ya que volverá a equilibrar los electrolitos del cuerpo. También puede utilizar una jeringa en este caso.
    • Si el animal es muy resistente a la bebida, congele la bebida en cubitos de hielo. Tal vez le guste más lamer, y la baja temperatura también ayudará.
    • Nunca dale leche a un gato! Este animal es muy sensible a la lactosa y la leche puede provocar náuseas, vómitos o diarrea.
  6. Asegúrese de que el animal esté comiendo adecuadamente. La fiebre requiere mucha energía y, por tanto, deja al animal muy débil. El gato suele dejar la comida seca a un lado. Por lo tanto, necesita mejorar su dieta con una comida húmeda, por ejemplo. Otros consejos son los huevos revueltos o el atún enlatado batido en el procesador.
    • Si el animal se niega a comer, intente alimentarlo con una jeringa. El consejo es utilizar una leche específica para gatos enfermos o huérfanos. Prefiera una jeringa de 5 a 10 cc de capacidad.
    • Inserte la punta de la jeringa en la comisura de la boca del animal, muy cerca de la mejilla. Los perros y gatos tragarán por reflejo cualquier cosa que entre en esa área.
    • Si el gato no come, hable con un veterinario sobre un suplemento calórico líquido. El animal puede consumirlo hasta que esté lo suficientemente sano como para volver a ingerir alimentos sólidos.
  7. Dale al animal un suplemento de vitamina B. Durante este período de fiebre, es necesario aumentar el apetito del gato enfermo. La vitamina B puede ayudar exactamente en eso.
    • Un suplemento de alta energía, como Nutri-Plus Gel, por ejemplo, es capaz de combatir la fatiga y la falta de nutrientes.
    • El consejo es utilizar un complejo de vitaminas B rico en cianocobalamina, ya que esta sustancia ayuda a dar más energía al metabolismo. Suele aplicarse mediante inyección según el peso del animal:
      • Para gatos pequeños que pesen 1 kg o menos, la dosis suele ser de 0,5 ml.
      • Para animales de entre 2 y 6 kg, la dosis recomendada es de 1 ml.
      • Para gatos más grandes, que pesen entre 7 y 9 kg, la dosis es de 2,5 ml.
      • Para animales con otros pesos, calcule la dosis basándose en los números anteriores; en caso de duda, es mejor administrar una dosis menor. Siempre consulte a un veterinario.
    • No proporcione suplementos con los siguientes ingredientes (pueden ser tóxicos para los gatos):
      • Ajo o cebolla.
      • Calcio.
      • Vitamina D.
      • Vitamina C.

Método 2 de 2: Reducir la fiebre con medicamentos

  1. Lleve al gato al veterinario si no responde al tratamiento en 24 horas. Una fiebre prolongada puede indicar un problema de salud mucho más grave. El médico realizará pruebas para determinar la causa del problema.
    • Cuéntale la historia del gato al veterinario. Esto incluye: viajes recientes, contacto con otros animales, vacunas u otros tratamientos recientes, alergias y cualquier otra cosa sospechosa.
    • La fiebre puede estar relacionada con muchos factores, que incluyen:
      • Infecciones bacterianas, virales o fúngicas.
      • Trauma físico.
      • Enfermedad autoinmune.
      • Tejido necrótico.
      • Tumores o cánceres.
    • La causa determinará el tratamiento y solo se puede descubrir mediante pruebas. Por lo general, el profesional recolectará sangre y orina.
  2. Utilice los antibióticos recomendados por el veterinario. Si la fiebre es causada por una infección bacteriana, esta afección subyacente debe tratarse. Generalmente, tomar antibióticos resolverá la situación. Aunque este tipo de medicamento es generalmente seguro, nunca se lo dé al animal por sí solo. Siempre consulte al veterinario y obedezca la prescripción que le dé. Los antibióticos suelen ser específicos para una bacteria y no funcionan para otras. Solo un profesional puede recomendar el mejor tratamiento para el gato. Los fármacos más utilizados son:
    • Ampicilina y amoxicilina (20 mg por cada kilogramo de peso corporal); ambos están disponibles en farmacias y droguerías.
    • La marbofloxacina (2 mg / kg) se puede encontrar en forma de tabletas; sin embargo, la dosificación es muy complicada debido al pequeño tamaño.
    • La doxiciclina (5 mg / kg) está disponible en forma de pasta y se puede comprar una preparación específica para animales con receta médica. Dicho medicamento ya viene con una jeringa dosificadora para garantizar una correcta administración.
    • La duración del tratamiento siempre debe ser de una semana (siete días). Incluso si el gato mejora, no interrumpa el tratamiento con antibióticos. En ese caso, la infección puede regresar o el animal puede crear resistencia al fármaco.
  3. Pregunte por el meloxicam. El uso de este medicamento está aprobado en muchos países. Sin embargo, la investigación no confirma la seguridad de su uso en gatos. Por lo tanto, administre este medicamento solo bajo las instrucciones del veterinario. La dosis recomendada es de 0,05 mg / kg con o después de una comida. Un animal que pese 5 kg necesitará 0,5 ml de meloxicam felino.
    • Recuerda que este remedio existe tanto para perros como para gatos. Para evitar una sobredosis, es fundamental dar la versión correcta para el animal.
    • Meloxicam no debe usarse en gatos deshidratados ya que puede causar problemas renales. Además, la disminución del flujo sanguíneo al riñón puede detener su funcionamiento.
  4. Usa aspirina solamente bajo la supervisión de un profesional. En el caso de los gatos, este medicamento no debe ser la primera opción: causa deshidratación, vómitos y otros síntomas graves. La aspirina debe usarse con cuidado extremo y solo si lo prescribe un veterinario. Además, respete la dosis recomendada.
    • Esta cantidad suele ser de 2,5 mg / kg cada 48 a 72 horas. El consejo es comprar aspirina infantil, que está disponible en comprimidos de 50 o 75 mg, para facilitar la dosificación.
    • Dar agua y alimentar junto con aspirina para que el animal no se sienta mal.
    • Tan pronto como el estómago absorbe este medicamento, se convierte en ácido salicílico. Sin embargo, el cuerpo del gato carece de la enzima necesaria para lidiar con él. Por tanto, el nivel de la sustancia permanece elevado en estos animales durante mucho tiempo, lo que puede provocar toxicidad. Por eso es extremadamente importante controlar la dosis administrada.
  5. Comprenda que ciertos medicamentos para humanos no deben administrarse a gatos. Debido a la fisiología de estos animales, bajar la fiebre en los gatos es muy diferente a todo lo que hemos visto. No tienen la enzima glucoronil transferasa en el hígado, por ejemplo; es decir, no pueden manejar muchas drogas que son seguras para los humanos. En muchos casos, ni siquiera se deben administrar a los gatos medicamentos seguros para perros. Por lo tanto, consulte siempre a un veterinario. El sabrá lo que se le puede dar al animal. De lo contrario, puedes enfermar aún más al gato o incluso matarlo.

Consejos

  • Si el animal se niega a comer o beber, consulte a un veterinario. Estos son indicios de una afección médica.
  • No le dé aspirina (dipirona) a los gatos, a menos que el veterinario le haya recetado una dosis exacta. El animal es extremadamente sensible a esta droga; una dosis incorrecta puede enfermarlo aún más.

Advertencias

  • Si el gato tiene fiebre superior a 39 ° C o permanece enfermo durante más de 24 horas, consulte a un veterinario.
  • Si no está seguro de algún medicamento, es mejor no dárselo a su gato. ¡Siempre consulte a un veterinario!
  • Tenga cuidado de no empeorar la situación. Esté muy atento al administrar medicamentos hechos para humanos a gatos, ya que la mayoría de ellos son extremadamente tóxicos para los animales. Siga las instrucciones de su veterinario.

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