Cómo aceptar un juego

Autor: Frank Hunt
Fecha De Creación: 20 Marcha 2021
Fecha De Actualización: 17 Mayo 2024
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Cómo aceptar un juego - Consejos
Cómo aceptar un juego - Consejos

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A todos les gusta jugar con otros, ¡pero a algunos no les gusta cuando juegan con ellos! Si está leyendo este artículo, es posible que tenga dificultades para aceptar algunos chistes y bromas saludables. Pues bien. Debe mantener la calma y tratar de comprender la intención del que jugó el truco. ¿Fue malicioso? ¿No? Entonces no hay razón para estar enojado. La risa es ligera e instintiva; por otro lado, sentirse ofendido es a menudo el producto de la elección. ¿Dejarás que una broma te arruine el día?

Pasos

Método 1 de 4: Teniendo en cuenta la intención de la persona que hizo la broma

  1. Sepa que la intención es casi siempre la mejor. EL mayoria jugar es saludable y solo quiere hacerte reír. A veces el tiro puede resultar contraproducente, pero sin intención o por falta de planificación. Cuando seas víctima de una obra de teatro o una broma, recuerda que la persona solo quiere divertirse tú y los demás - tu solo canal ser la víctima.
    • Quizás las palabras utilizadas no sean las más adecuadas. Puede ser que el bromista no los haya considerado bien al tocar un tema que es sensible para ti.
    • A veces la gente hace bromas más atrevidas con la intención de hacer reír a quienes lo necesitan y romper el hielo.

  2. Considere las circunstancias. ¿Cuál era el espíritu de la cosa? Y la broma fue sin malicia y sin intención de lastimar a nadie, tómatelo con calma. Tómate el tiempo para burlarte del chico gracioso también, dale una sonrisa y todo está bien.
    • Responda sin apelar para mantener el aire ligero y evitar el clima. Por muy retrasado que esté el juego, nunca pierdas de vista el hecho de que la persona solo quiere reír.
    • Si ha exagerado y cruzado la línea del sentido común, entonces debe llamarlo para una conversación de canto.

  3. Considere la fuente. Hay personas que son un poco tontas y, aunque bien intencionadas, no saben elegir las palabras. En tales casos, es mejor pasarlo por alto. ¿Ese amigo tuyo sabe de humor ácido? Probablemente no quiera hacerle daño a nadie y probablemente no puedas cambiarlo.
    • Todos tenemos defectos. Tu amigo sarcástico probablemente será así para siempre. Por lo tanto, es inútil estar enojado y arriesgarse a dañar las amistades.

Método 2 de 4: saber cuándo participar


  1. Perdona algunos pequeños errores. No todo el mundo es perfecto. Así que deja pasar algunas cosas. A veces, un amigo hace bromas o comentarios en el calor del momento para no perder el tiempo, pero falla una mano. En tales casos, libere el perdón. ¿Fue contraproducente? Es posible que él mismo se avergüence de lo que ha hecho. Recuerda que sigue siendo tu amigo y probablemente también tenga cualidades.
    • Si un amigo comienza a hacer chistes malos y a exagerar, pídale que hable y tírese de la oreja.
  2. Sonríe y no permitas que las bromas te quiten la paz. En algunas situaciones es necesario desvelar, como en el caso de las bromas de compañeros de colegio que aún no te conocen bien. Quizás algo que te irrita sea normal para ellos. Si ven que eres deportista y no atraes, la gente te respetará más. Incluso puedes hacer nuevos amigos.
    • Suponga, por ejemplo, que alguien le ha derramado agua y alguien se acerca y le pregunta: "¿Estabas nadando y no me invitaste?" En ese caso, responde: "¡Sí, estoy entrenando para el campeonato escolar!"
  3. Ignora los chistes malos. Hay varios factores que influyen y contribuyen a la formación de nuestro concepto de lo que es el humor. Son: edad, estado emocional y circunstancias personales. A veces, el sentido del humor de los demás puede ser bastante diferente al tuyo. Acepta esto.
    • Cuando ignoras los chistes que no te parecieron graciosos, dejas en claro que no te gustaron sin crear desacuerdos.

Método 3 de 4: reírse de uno mismo

  1. No te tomes demasiado en serio. Reconoce que eres, como otras personas, un ser humano propenso a cometer errores y que a veces los errores son muy perjudiciales. Dale a la risa una oportunidad para mejorar el estado de ánimo del entorno.
    • Si tiene dificultades para encontrar la diversión en el chiste, intente verlo a través de los ojos del extraño. En tu cabeza, vuelve a contar el chiste, pero ahora imagina a otra persona como la víctima, incluso puede ser alguien que no conoces. Este ejercicio puede ayudarlo a salir de la defensiva.
  2. Sea más rápido y corte al chico barato. Cuando alguien comience a contar una historia que preferirías que nadie supiera, toma las riendas. Detenga el ridículo corrigiendo algún detalle o elaborando más la historia y termine la historia. Como todos preferirán escuchar la historia del chico que participó en ella, ellos dirigirán toda la atención que le estaban dando a ti el tonto.
    • Al jugar con una situación incómoda, la haces más aceptable. Aprovecha el impulso para alejar la negatividad y aportar un aura más alegre.
  3. Si no puedes vencerlo, únete. Para demostrar que no te importa el chiste, haz un chiste aún mejor sobre ti mismo. La autodesprecio puede obrar milagros en situaciones tensas, ya que las personas se identifican con la desgracia de otra persona. Cuando veas que te estás riendo de ti mismo, los demás se sentirán más cómodos siendo ellos mismos, ya que indica tolerancia y paciencia.
    • Este método te trae toda la atención que estaría dirigida al tipo gracioso, que ahora perderá el control.
    • Una buena forma de subirse a la ola es decir: "Eso no fue nada, tenías que ver el momento en que yo ..."

Método 4 de 4: Establecer límites

  1. Si está herido, dígalo con calma. Así como la gente es libre de hacer bromas, usted también tiene derecho a quejarse y discutir las consecuencias. Respire hondo y, si es necesario, discúlpese para ir al baño y recuperarse. Cuando regrese, dígale con calma y educación cuál es el problema con el chiste.
    • Si el tema es algo de lo que no le gusta que hablen, diga: "Por favor, no bromee al respecto; es un tema muy delicado para mí".
  2. Cuando tus amigos comiencen a jugar juegos sucios con otros, no participes. Evite intimidar a los demás con demasiada fuerza. ¿Recuerdas que acabamos de acordar que el sentido del humor de las personas puede ser diferente al tuyo? Si. Da buenos ejemplos.
    • Si no sabe cómo hacer chistes y bromas sin ser ofensivo, diríjalos contra usted mismo. Se sabe que el humor autocrítico tranquiliza a los demás y reduce la tensión en el entorno.
  3. Pida a todos que se detengan un minuto para discutir los límites. Si el tono o el nivel de opresión ha bajado demasiado, promueva un descanso. Explique que se está dando cuenta de que va en una dirección no muy buena y proponga algunas reglas. Sugiera lo que no debería ser un problema y proponga consecuencias para cualquiera que viole los términos.
    • Si todos están de acuerdo con algunas reglas, la conversación puede tomar un rumbo más saludable.

Consejos

  • La sonrisa y el rostro desenfrenado son grandes armas de defensa.
  • Lea y descubra chistes y bromas comunes. Esté preparado para cuando algún tipo divertido quiera sacar una risa de usted.

Advertencias

  • Cuando los chistes tienen como objetivo denigrar, humillar o dañar a alguien, estamos en el terreno del bullying. Habla de ello con alguien en quien confíes y enfréntate al tipo gracioso.
  • Atención: a veces es mejor fingir ser sordo y alejarse. No siempre vale la pena darle un paño al mango, ya que la situación puede acabar empeorando.

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