Cómo detener los ataques de pánico

Autor: Eric Farmer
Fecha De Creación: 11 Marcha 2021
Fecha De Actualización: 14 Mayo 2024
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Cómo detener los ataques de pánico - Enciclopedia
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Contenido

Un ataque de pánico es una experiencia extremadamente repentina y aterradora que puede hacer que una persona crea que se está muriendo, que tiene un ataque cardíaco o que está perdiendo el control sobre sí misma. Muchos adultos experimentan solo uno o dos de estos ataques en su vida, pero otros experimentan ataques recurrentes, lo que puede indicar una condición subyacente: el síndrome de pánico. El ataque de pánico se caracteriza por la aparición repentina de una intensa sensación de miedo, sin causa aparente, acompañada de cambios físicos muy reales, como taquicardia, sudoración y respiración acelerada. Hay medidas que se pueden tomar para detener un ataque de pánico y también para ayudarlo a prevenir nuevos ataques.

Pasos

Parte 1 de 2: Obtener alivio inmediato


  1. Reconoce los síntomas físicos. Durante un ataque de pánico, el cuerpo entra en un estado natural de supervivencia, como si estuvieras en una situación verdaderamente terrible y peligrosa. La única diferencia es que no existe ningún peligro real. Los síntomas más comunes de un ataque de pánico incluyen:
    • Dolor o malestar en el pecho.
    • Mareos o sensación de desmayo.
    • Miedo a morir.
    • Miedo a perder el control o una catástrofe inminente.
    • Sensación de asfixia.
    • Sensación de desconexión del mundo que lo rodea.
    • Sentir que la situación no es real.
    • Náuseas o dolor de estómago.
    • Entumecimiento u hormigueo en manos, pies o cara.
    • Palpitaciones, taquicardia, corazón acelerado.
    • Sudoración, escalofríos o sofocos.
    • Temblando o temblando.

  2. Controla tu respiración. La mayoría de los ataques de pánico hacen que la respiración sea rápida y superficial, lo que alimenta el ataque y prolonga los síntomas. Al controlar su respiración, puede normalizar su frecuencia cardíaca, reducir su presión arterial y sudoración, y restaurar una sensación de control.
    • Un buen método para respirar más lentamente es respirar profundamente y retener el aire en los pulmones el mayor tiempo posible. Esta práctica equilibra los niveles de oxígeno y dióxido de carbono en el cuerpo y reduce la sensación de falta de aire.
    • Después de contener la respiración, comience a respirar profundamente a través del diafragma. Respire lenta y profundamente y exhale aún más lentamente.
    • Para practicar la respiración diafragmática, intente sentarse y coloque una mano sobre su pecho y la otra justo debajo de la caja torácica. Siéntese cómodamente, con las rodillas dobladas y los hombros y el cuello relajados.
    • Luego inhale lentamente por la nariz y deje que su estómago se expanda, manteniendo la parte superior del pecho lo más quieta posible. Exhala lentamente, contrayendo los músculos del estómago y sin mover la parte superior del pecho. La mano sobre el área del estómago debe moverse mientras inhala y volver a la posición inicial cuando exhala. La mano en su pecho debe permanecer lo más quieta posible.
    • Otra técnica es el método 5-2-5. Inhala con el diafragma durante cinco segundos. Aguante la respiración durante dos segundos. Luego, exhale por otros cinco segundos. Repite el proceso cinco veces.
    • Respirar en una bolsa de papel ya no es una recomendación de rutina. Aparentemente, la técnica es menos beneficiosa de lo que se pensaba e incluso puede ser perjudicial.

  3. Toma medicamentos recetados. Una de las formas más efectivas de detener un ataque de pánico es tomar remedios orales clasificados como ansiolíticos, generalmente benzodiazepinas.
    • Los medicamentos que se usan con más frecuencia para tratar los ataques de pánico se clasifican como benzodiazepinas e incluyen alprazolam, lorazepam y diazepam. Estos medicamentos tienen un tiempo de acción muy rápido y pueden ayudar a aliviar los síntomas en 10 a 30 minutos.
    • Otros medicamentos recetados que pertenecen al grupo de las benzodiazepinas tienen un tiempo de acción ligeramente más lento, pero permanecen en el torrente sanguíneo durante más tiempo. Algunos ejemplos incluyen clonazepam, clordiazepóxido y oxazepam.
    • Por lo general, se prescriben en dosis bajas que deben tomarse de manera regular, hasta que el uso de otro tipo de tratamientos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina o la terapia cognitivo-conductual (TCC), hagan que los ataques sean más manejables.
  4. Intente continuar con lo que está haciendo. En la medida de lo posible, proceda con normalidad con su actividad actual y su rutina diaria para evitar que el pánico se apodere de usted.
    • Sigue hablando, moviéndote y manteniendo tus pensamientos enfocados. De esta forma, enviarás mensajes al cerebro y el pánico, informándote que no hay peligro, ni alarma ni motivo para entrar en modo supervivencia.
  5. Evite huir. Si tiene un ataque de pánico en un lugar específico, como el supermercado, es posible que desee correr y huir lo más rápido posible.
    • Al permanecer donde está y tomar el control de sus síntomas, está acondicionando su cerebro para reconocer la ausencia de peligro real en el supermercado.
    • Si se agota, su cerebro asociará esa ubicación (y quizás todos los demás supermercados) con el peligro, y puede terminar creando sentimientos de pánico cada vez que ingrese a un supermercado.
  6. Concéntrate en otras cosas. Con la ayuda de un terapeuta, podrá aprender técnicas naturales para enfocar los pensamientos y controlar el pánico.
    • Puedes beber algo caliente o frío, dar un paseo, cantar tu canción favorita, charlar con un amigo o ver la televisión.
    • Otras cosas que puede hacer para tratar de concentrarse en algo que no sea la sensación de pánico incluyen practicar ejercicios de estiramiento, armar rompecabezas, cambiar la temperatura del aire, abrir la ventana si está en el automóvil, salir de la casa para tomar aire fresco, o leer algo interesante.
  7. Sepa cómo diferenciar una experiencia estresante de un ataque de pánico. Aunque los dos tipos de experiencias son similares y causan reacciones físicas reales, como sudoración y aumento de la presión arterial y la frecuencia cardíaca, estos son episodios diferentes.
    • Todo el mundo pasa por experiencias estresantes de vez en cuando. El instinto de supervivencia del organismo puede activarse en situaciones que provocan estrés o ansiedad, al igual que en un ataque de pánico, pero siempre existe un desencadenante, evento o experiencia directamente relacionada con dicha reacción.
    • Los ataques de pánico no están relacionados con un evento en particular, son impredecibles y pueden ser extremadamente severos y aterradores.
  8. Adopta técnicas de relajación. Tome medidas para calmarse, utilizando métodos de relajación reconocidos que le permitan controlar el estrés o la ansiedad exagerada.
    • Si sufre de ataques de pánico o síndrome de pánico, busque la ayuda de un terapeuta cognitivo-conductual para aprender métodos de relajación que lo ayudarán a controlar el pánico tan pronto como surja.
  9. Usa tus sentidos para combatir el ataque. Si experimenta un ataque de pánico o ansiedad, o se encuentra en una situación muy estresante, concéntrese en sus sentidos, aunque sea por unos minutos, para retrasar los síntomas físicos no deseados.
    • Utilice la visión para observar cosas agradables a su alrededor. Si estás en un lugar seguro, intenta cerrar los ojos y visualizar tu flor, foto o playa favorita, o cualquier otra cosa que te relaje.
    • Deténgase y escuche el entorno circundante. Intente escuchar música a lo lejos, el canto de los pájaros, el sonido del viento o la lluvia, o incluso el tráfico en una carretera cercana. Trate de escuchar algo nuevo, que no sea el ruido de su corazón acelerado y los sonidos que son parte de esta situación estresante.
    • Continúe usando los sentidos, identificando los aromas alrededor. Quizás estás en casa y alguien está cocinando, o estás en la calle y puedes oler la lluvia en el aire.
    • Concéntrese en el tacto. Puede que no te des cuenta, pero siempre estás jugando a algo. Si está sentado, concéntrese en el toque de la silla o fíjese si la mesa sobre la que apoya los brazos está caliente o fría, o si puede sentir una ligera brisa en la cara.
    • Al dedicar unos minutos a concentrarse en los sentidos, aleja el enfoque del pánico, la ansiedad o el estrés.
    • Evidentemente, esto no solucionará la causa de estos problemas, pero te ayudará a lidiar con posibles reacciones físicas no deseadas.

Parte 2 de 2: Prevención de futuros ataques

  1. Habla con un médico sobre los ataques. Él puede comenzar el tratamiento con los medicamentos recomendados o derivarlo a un profesional de salud mental, quien lo evaluará y le recetará los medicamentos apropiados. Tanto un médico de cabecera como un especialista en salud mental probablemente recomendarán una cita con un terapeuta cognitivo-conductual.
    • Muchos ataques de pánico suelen estar relacionados con otras enfermedades subyacentes, como algunas afecciones de salud mental y algunos problemas médicos. Habla con un médico para descartar un problema subyacente.
  2. Busque ayuda profesional lo antes posible. Los estudios muestran que el tratamiento temprano de los ataques y el síndrome de pánico tiene mejores resultados generales y menos complicaciones.
  3. Toma medicamentos recetados. Los fármacos más utilizados incluyen las benzodiazepinas, que son de acción rápida o intermedia.
    • Las benzodiazepinas se consideran adictivas, por lo tanto, siga estrictamente las recomendaciones médicas al tomar estos medicamentos. Es peligroso tomar dosis mayores a las recomendadas. Además, la droga puede causar efectos de abstinencia graves y potencialmente fatales si estas dosis inadecuadas se consumen de manera crónica.
  4. Tome medicamentos de acción rápida solo cuando sea necesario. Ayudan a controlar los síntomas en los primeros momentos del ataque. Estos medicamentos a menudo se recetan para estar siempre a mano cuando sea necesario o para usarlos justo al comienzo de un ataque.
    • Tome estos remedios solo cuando sea necesario para que el cuerpo no desarrolle tolerancia a la dosis prescrita.
    • Ejemplos de medicamentos recetados solo cuando es necesario, como al comienzo de un ataque, incluyen lorazepam, alprazolam y diazepam.
  5. Tome medicamentos de acción prolongada de forma rutinaria o según lo prescrito por su médico. Los medicamentos intermedios tardan un poco más en surtir efecto, pero tienen efectos más duraderos.
    • Por lo general, se prescriben con una dosis de rutina para prevenir ataques; este proceso se mantendrá hasta que se puedan tomar otras medidas, como la terapia cognitivo-conductual.
    • Los ejemplos de medicamentos de acción intermedia incluyen clonazepam, oxazepam y clordiazepóxido.
  6. Toma un ISRS. Los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, comúnmente conocidos como ISRS, son eficaces para tratar los ataques y el síndrome de pánico.
    • Los ISRS aprobados por Anvisa para su uso en el tratamiento de los síntomas de pánico incluyen fluoxetina, fluvoxamina, citalopram, escitalopram, paroxetina y sertralina. La duloxetina es un medicamento similar y también está aprobado para el tratamiento de los síntomas de pánico.
  7. Trabaja con un terapeuta cognitivo-conductual. Este tipo de terapia es fundamental para enseñar al cerebro y al cuerpo a superar los ataques y te ayudará a acabar definitivamente con el problema.
    • Sepa qué esperar de la terapia cognitivo-conductual. Los profesionales especializados en este tipo de psicoterapia utilizan cinco principios cuando trabajan con pacientes que sufren ataques de pánico. Los cinco principios incluyen:
    • Aprender más sobre la enfermedad ayuda a comprender mejor las causas de los síntomas aterradores que se experimentan durante un ataque.
    • Registrar las fechas y horas de los ataques, en un diario o diario, ayudará al terapeuta y a usted a identificar los desencadenantes de los ataques de pánico.
    • Las técnicas de respiración y relajación forman parte del conjunto de métodos utilizados para reducir la gravedad de los síntomas.
    • Repensar es una técnica que se utiliza para alterar la percepción de un ataque, haciendo que dejes de mirar las cosas de forma catastrófica y empieces a verlas con realismo.
    • Exponerse a los lugares o eventos que provocan los ataques, de forma segura y controlada, ayuda a entrenar el cerebro y el cuerpo para reaccionar de manera diferente.
  8. Considere una evaluación para diagnosticar el síndrome de pánico. El síndrome de pánico se diagnostica cuando el paciente presenta cuatro o más de los síntomas mencionados al principio de este artículo.
    • El tratamiento temprano del síndrome de pánico mejora los resultados generales y reduce el riesgo de posibles complicaciones asociadas con los ataques frecuentes.

Consejos

  • Algunos problemas de tiroides y afecciones cardíacas graves pueden ser similares a un ataque de pánico.
  • Consulte a un médico para descartar la posibilidad de problemas de salud.
  • Obtenga tratamiento para los ataques de pánico lo antes posible.
  • Confíe en un familiar o amigo cercano, especialmente cuando necesite apoyo inmediato durante un ataque.
  • Cuida bien tu cuerpo y tu mente. Mantenga una dieta saludable, descanse lo suficiente, evite las bebidas con alto contenido de cafeína, manténgase físicamente activo y practique actividades placenteras con frecuencia.
  • Considere aprender un nuevo método de relajación, como yoga, meditación o práctica de atención plena.

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