Cómo diagnosticar una embolia pulmonar

Autor: Mike Robinson
Fecha De Creación: 13 Septiembre 2021
Fecha De Actualización: 9 Mayo 2024
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Cómo diagnosticar una embolia pulmonar - Enciclopedia
Cómo diagnosticar una embolia pulmonar - Enciclopedia

Contenido

La embolia pulmonar es la obstrucción repentina de una arteria pulmonar, causada por un coágulo de sangre que generalmente se origina en una vena de la extremidad inferior. Para diagnosticar la embolia pulmonar es fundamental identificar signos y síntomas sospechosos, además de someterse a una serie de pruebas diagnósticas y evaluaciones. Cuando sospeche de esta condición, llame a SAMU (192) o acuda inmediatamente a la sala de emergencias, según la gravedad de los síntomas.

Pasos

Parte 1 de 3: Identificación de signos y síntomas

  1. Reconoce los signos de una posible embolia pulmonar. Cuando notes algún síntoma sospechoso acude a urgencias, ya que es fundamental que el médico haga un diagnóstico inmediato. Aproximadamente la mitad de las personas con embolia pulmonar no presentan manifestaciones. Los síntomas más comunes son:
    • Respiración rápida o corta;
    • Dolor repentino en el pecho, que suele manifestarse como un punto localizado que empeora al respirar;
    • Frecuencia cardíaca rápida;
    • Tos o hemoptisis (tos con sangre);

  2. Busque tratamiento cuando note signos de TVP (trombosis venosa profunda) ya presentes. La TVP, que generalmente ocurre en una de las piernas, generalmente ocurre antes de una embolia pulmonar; por lo tanto, cuando observe signos de trombosis con un coágulo de sangre en la pierna, debe ir a la sala de emergencias de inmediato. El tratamiento de la embolia y la TVP no es idéntico, sino similar. Al buscar la mejor manera de combatir la trombosis, se tratarán ambos problemas, evitando que la embolia se desarrolle en el futuro. Algunos de los signos de una TVP son:
    • Dolor en la pierna, en la región debajo del muslo o en la pantorrilla. Por lo general, ocurre en una sola pierna, pero puede aparecer en ambas.
    • Hinchazón sobre la zona afectada, a veces acompañada de una sensación de rigidez en la pierna.
    • Enrojecimiento de la piel o cambios en el color de la piel en la zona afectada.
    • Sensación de que la piel de la zona afectada está caliente.

  3. Tenga en cuenta los factores de riesgo, que pueden aumentar la posibilidad de sufrir una embolia pulmonar. Además de identificar signos y síntomas, los siguientes factores de riesgo lo hacen más susceptible a desarrollar esta afección, como:
    • Estar embarazada;
    • Tener problemas de riñón;
    • Ser obeso o tener sobrepeso;
    • Tener cáncer;
    • Estar inmovilizado (debido a cirugía, discapacidad o cualquier otra condición que lo obligue a descansar acostado);
    • Insuficiencia cardíaca;
    • Fumar;
    • Tiene antecedentes de coágulos de sangre;
    • Consume ciertos medicamentos, como anticonceptivos, los recetados en la terapia de reemplazo hormonal, eritropoyetina, talidomida y tamoxifeno.

Parte 2 de 3: Investigando más


  1. Hágase análisis de sangre. Una de las primeras cosas que pedirá el médico, al llegar a urgencias, será la realización de varios análisis de sangre, sobre todo si el paciente presenta síntomas y signos de embolia. La prueba del "D-Dimer" se realizará para descartar, pero no diagnosticar, la embolia pulmonar. Esto significa que, si la prueba es negativa, tenga la seguridad, porque no hay posibilidad de tener una embolia pulmonar; sin embargo, si es positivo, se mantendrá la sospecha (pero no el diagnóstico) de esta condición.
    • La prueba "D-Dimer" mide los fragmentos de degradación de fibrina en la sangre. En otras palabras, verifica los factores de coagulación: por lo que es muy útil saber si hay un coágulo de sangre en el pulmón (la embolia).
    • También se pueden realizar más análisis de sangre para descartar otras afecciones médicas con síntomas similares a la embolia pulmonar, como un ataque cardíaco o arritmia cardíaca.
    • El médico examinará, por ejemplo, los índices de troponina (enzima cardíaca) para descartar un ataque cardíaco.
  2. Realice un electrocardiograma (ECG) o monitorización cardíaca continua. En cuanto llegue a urgencias, el paciente será sometido a un electrocardiograma y tendrá un seguimiento cardíaco continuo, que es básicamente la realización de ECG constantes que se registran en un monitor para su análisis por parte del médico.
    • El electrocardiograma puede indicar los signos característicos de una embolia pulmonar, como el patrón S1Q3T3.
    • Un ECG normal (o sin ninguna otra anomalía, a excepción de una frecuencia cardíaca rápida) también puede indicar una embolia pulmonar, ya que la prueba no siempre muestra signos evidentes en la monitorización cardíaca.
    • El electrocardiograma también es útil para descartar otras afecciones, como el infarto (puede aparecer como niveles altos de segmentos ST, una anomalía que no se encuentra en la embolia).
  3. Realice una angiografía pulmonar. La angiografía pulmonar es una de las formas más eficaces de identificar y diagnosticar una embolia pulmonar. Antes de la prueba, se inserta un medio de contraste intravenoso para que el médico pueda ver claramente la circulación sanguínea de las arterias pulmonares durante la angiografía.
    • De esta manera, si hay una obstrucción de la circulación sanguínea en los pulmones, debido a una embolia, será más fácil identificar la ubicación exacta y el tamaño del coágulo.
    • El diagnóstico de embolia pulmonar se puede confirmar mediante angiografía pulmonar y el tratamiento se inicia poco después.
  4. Realice la prueba de V / Q (ventilación-perfusión). Otra prueba diagnóstica que se puede utilizar para identificar la embolia pulmonar es la V / Q (ventilación-perfusión), que es similar a la angiografía pulmonar, pero se utiliza menos (en el pasado, era el recurso más utilizado para diagnosticar la embolia) y no tan eficaz. La prueba V / Q puede ser una alternativa si existe alguna contraindicación para el contraste intravenoso, como problemas renales o alergias.
    • En esta prueba, se inyecta una sustancia radiactiva en el torrente sanguíneo y llegará a la sangre en los pulmones). La inyección es la perfusión, mientras que la ventilación se produce cuando el paciente inhala otro marcador radiactivo.
    • Se toma una foto para detectar los patrones de material radiactivo inyectado e inhalado por el paciente.
    • De manera similar a la angiografía pulmonar, la prueba V / Q puede identificar la ubicación y el tamaño de una posible embolia según la falta o deficiencia de la circulación sanguínea en una ubicación específica del pulmón.
  5. Cuando las pruebas anteriores no sean suficientes para descartar la afección, puede ser necesario realizar una arteriografía pulmonar con un catéter. El catéter convierte esta prueba en un procedimiento más invasivo, ya que se inserta a través de la vena femoral (en la ingle) y se lleva a los vasos sanguíneos pulmonares. El material de contraste se libera y se disemina por los pulmones de acuerdo con la circulación sanguínea. Se realiza un examen de rayos X para verificar la distribución del contraste y diagnosticar o descartar la embolia.
    • Dado que la arteriografía pulmonar con catéter es una prueba de diagnóstico muy invasiva, se utiliza como último recurso y cuando otras pruebas no son concluyentes o con resultados mixtos. Aunque rara vez se utiliza para el diagnóstico, es una buena opción, ya que se puede insertar un filtro de vena cava inferior al mismo tiempo y, en algunos casos, extraer el coágulo.

Parte 3 de 3: Tratamiento de la embolia pulmonar

  1. Consuma un anticoagulante (medicamento anticoagulante). Generalmente, los anticoagulantes son los principales remedios para tratar la embolia pulmonar; el objetivo no es disolver el coágulo, sino prevenir la formación de otros, además de permitir que el coágulo ya presente se disuelva con la ayuda de los mecanismos naturales del organismo.
    • La inyección de anticoagulante generalmente se administra dentro de los primeros cinco a diez días de terapia, seguida de medicamentos anticoagulantes orales durante tres a seis meses después de la embolia. Sin embargo, en ciertos casos, es necesario tomar el medicamento por el resto de su vida.
    • Algunos de los fármacos anticoagulantes son: heparina de bajo peso molecular, administrada mediante inyección debajo de la piel, como enoxaparina (Versa) o fondaparinux (Arixtra), que son inhibidores del factor Xa, heparina no fraccionada mediante inyección intravenosa, o comprimidos orales anticoagulantes como rivaroxaban (Xarelto) o apixaban (Eliquis).
  2. Obtenga más información sobre la terapia trombolítica. En situaciones en las que el coágulo es lo suficientemente grande como para causar síntomas graves (respiración extremadamente corta, dolor en el pecho o incluso shock), el médico recomendará la terapia trombolítica. Allí, se administra un fármaco para romper el coágulo, disolviéndolo más rápidamente; luego, se recetarán medicamentos anticoagulantes para continuar el tratamiento.
  3. La inserción de un filtro en la vena cava puede ser útil para evitar que los coágulos vuelvan a ocurrir. El médico elegirá este dispositivo si existen contraindicaciones para los medicamentos anticoagulantes. El filtro se inserta a través de la vena femoral (en la ingle) y se lleva a la vena cava inferior (el gran vaso sanguíneo que lleva la sangre al corazón). Algunas de las razones de las contraindicaciones de los anticoagulantes son:
    • El paciente fue operado recientemente;
    • La persona sufrió recientemente un derrame cerebral;
    • Hay sangrado abundante en otras partes del cuerpo, como el tracto gastrointestinal.
  4. Obtenga más información sobre la trombólisis dirigida por catéter. Este procedimiento se puede realizar para eliminar un coágulo de sangre de una vena o arteria; se inserta un catéter en la arteria o vena y se utilizan imágenes para encontrarlo. Después de ser localizado, se usa un dispositivo o medicamento para disolver el coágulo.
    • El procedimiento es mínimamente invasivo.
    • Se sedará al paciente.
    • El catéter se puede dejar colocado hasta 72 horas si se usa para administrar medicamentos. Tan pronto como se disuelve el coágulo, se retira el catéter y se venda la herida.
  5. Sométete a una trombectomía. Cuando el coágulo es muy grande y la situación es grave, se puede recomendar la trombectomía como "último recurso". Allí, se realiza la extirpación quirúrgica del coágulo pulmonar para restaurar la circulación normal, reducir los síntomas y disminuir la incomodidad del paciente.
  6. Determina la causa oculta. Después de ser diagnosticado con embolia pulmonar, el médico tratará de averiguar qué llevó al desarrollo de la afección para prevenir futuros coágulos de sangre. Puede haber sido algo puntual, como una embolia después de una cirugía que lo puso en riesgo debido a la inmovilización. Si no has estado expuesto a ningún factor de riesgo recientemente, el profesional te pedirá que hagas una serie de pruebas para la detección y trastornos ocultos o cualquier otro trastorno que pueda haber sido responsable de la formación del coágulo.

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