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Hablar demasiado rápido puede ser complicado para que la audiencia comprenda lo que está diciendo. Tropezar con las palabras a veces es el resultado del nerviosismo, pero este problema tiene solución. Intente hacer algunos ejercicios vocales agregando pausas a las oraciones y practicando la pronunciación de cada palabra individualmente. Otra cosa que puede hacer es grabar su propia voz para identificar problemas y reducir la velocidad o respirar brevemente.
Pasos
Método 1 de 3: hablar con más claridad
Amy Chapman, MA
Entrenador vocalNuestro experto está de acuerdo: las personas tienden a hablar rápido cuando están nerviosas y también pueden murmurar. Su cerebro está trabajando rápido, su corazón está acelerado, y todo porque el sentido de autoconservación de "matar o morir" está en juego. Trate de calmarse y estar un poco callado. Durante la pausa, piense en lo que va a decir. Si lo hace, disminuirá su frecuencia cardíaca y lo hará más consciente de qué decir.
Método 3 de 3: practicar el habla en voz alta
- Leer textos en voz alta y a diferentes velocidades. Intente leer un pasaje a su ritmo normal, luego intente leer más rápido para dar la impresión de que el tiempo es más lento. Luego, repasa el texto haciendo un esfuerzo consciente por leer más despacio y ralentizar el paso, hasta que se vuelva exageradamente más lento.
- Con un poco de práctica, este tipo de cambio de ritmo te ayudará a controlar el ritmo de tu voz.
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Leer textos en voz alta variando el volumen. Lea un pasaje en su volumen normal, luego intente leer en un susurro. El esfuerzo por expulsar aire a un volumen más suave hará que el habla sea más lenta automáticamente.- Intenta inhalar profundamente y luego expulsar aire mientras completas una oración. Tómate un descanso entre oraciones.
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Graba tu voz. Muchas personas no pueden identificar los problemas con su propia voz, especialmente durante una presentación o discurso. Grabe mientras habla, preferiblemente en una presentación en vivo, no en un ensayo, para escuchar e identificar errores.- Escuche la grabación cuando esté solo y pueda analizar sus fallas. Intente ensayar la misma presentación, pero con un esfuerzo consciente por resolver los problemas identificados.
- Observa las situaciones en las que tu discurso parece ser más rápido e intenta ralentizar en esos momentos.
- Pide opiniones. Pídale a un amigo que escuche su presentación y tome algunas notas. Al final del discurso, pida la opinión de la persona, especialmente con respecto a la velocidad de su discurso.
- Acepta las críticas. Recuerde que le pidió su opinión a su amigo.