Cómo tratar un pie roto

Autor: Roger Morrison
Fecha De Creación: 25 Septiembre 2021
Fecha De Actualización: 11 Mayo 2024
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Cómo tratar un pie roto - Consejos
Cómo tratar un pie roto - Consejos

Contenido

Una fractura o un hueso roto en el pie suele ser un evento acompañado de un dolor insoportable y, en algunos casos, incluso un crujido. Hay 26 huesos en cada pie y cada articulación del tobillo tiene tres huesos más. Algunas personas también tienen huesos sesamoideos adicionales en los pies. Como esta extremidad soporta mucho peso e impacto a diario, las roturas y fracturas son bastante comunes. Diagnosticar y tratar adecuadamente una fractura en el pie es de suma importancia para el proceso de curación y debe hacerse con cuidado.

Pasos

Método 1 de 4: recibir tratamiento de emergencia

  1. Lleve al paciente a un lugar seguro y examínelo en busca de otras lesiones. Si también ha sufrido una lesión en la cabeza, el cuello o la espalda, muévalo lo menos posible y aún con mucho cuidado. La seguridad del paciente y del asistente es más importante que el diagnóstico y el tratamiento inmediatos de la lesión del pie.

  2. Quítese los zapatos y los calcetines de ambos pies y busque síntomas comunes de un pie roto. Compare los dos pies uno al lado del otro para ver si hay alguna hinchazón u otras distinciones en la apariencia. Los síntomas más comunes son dolor, hinchazón y deformidad inmediatos. Además, estos incluyen:
    • Enrojecimiento o sensibilidad en el pie.
    • Entumecimiento, enfriamiento o presencia de hematomas.
    • Grandes heridas o huesos expuestos.
    • Aumento del dolor cuando está activo y disminuido cuando está en reposo.
    • Dificultad para caminar o soportar pesas.

  3. Controle cualquier sangrado presente. Aplique presión sobre la herida, con una gasa, si es posible. Si el vendaje o el tejido se empapan de sangre, no se los quite. Agrega otra capa y continúa aplicando presión.
  4. Comuníquese con una ambulancia si el paciente experimenta un dolor extremo o si el pie tiene síntomas más graves. Algunos de los peores síntomas son deformidad, cortes o heridas grandes y decoloración severa del pie. Mientras la ambulancia está en camino, anime al paciente a permanecer quieto y tranquilo. Mantenlo acostado, con el pie lesionado más alto que el corazón.

  5. Si no es posible comunicarse con una ambulancia, prepare una férula para el pie lesionado. Inmovilícelo con un palito o periódico envuelto alrededor de la parte interior del pie, desde el talón hasta la punta, y ablande la zona con un paño. Si no hay forma de improvisar la férula, envuelva su pie con una toalla o almohada enrollada y péguelo o átelo con una venda. Recuerde que el objetivo final de este paso es limitar sus movimientos. Ate o envuelva el área de manera razonablemente ajustada, pero no hasta el punto de restringir la circulación sanguínea.
  6. Aplique hielo en el lugar de la lesión y continúe elevando el pie para reducir la hinchazón. Coloque una toalla o sábana entre la piel y el hielo. Déjelo en el área durante 15 minutos, luego retírelo durante 15 minutos. El paciente no debe caminar con el pie lesionado si le resulta doloroso aplicar peso sobre él.
    • Si tiene muletas a su disposición, úselas.

Método 2 de 4: Reconocimiento de fracturas por estrés en el pie

  1. Reconoce los factores de riesgo. Las fracturas por estrés son lesiones comunes en los pies y tobillos. Ocurren con más frecuencia en los deportistas, ya que son el resultado de la sobrecarga y el estrés repetitivo, como en el caso de los corredores de fondo.
    • Los aumentos repentinos de la actividad también pueden provocar fracturas por estrés. Por ejemplo, si eres una persona relativamente sedentaria, pero estás escalando de vacaciones, puedes sufrir una fractura por estrés.
    • La osteoporosis y algunas otras enfermedades que afectan la fuerza y ​​densidad de los huesos lo hacen más propenso a sufrir fracturas en esta categoría.
    • Intentar realizar muchas actividades en poco tiempo también puede provocar fracturas por estrés. Por ejemplo, si es nuevo en el ejercicio y comienza a intentar correr 10 km cada semana, puede ocurrir una fractura por estrés.
  2. Sea consciente del dolor. Si siente un dolor en el pie o en el tobillo que disminuye durante el reposo, es posible que haya sufrido una fractura por sobrecarga. Si empeora durante las actividades diarias normales, es una buena señal de que está presente. El dolor también empeora con el tiempo.
    • Este dolor parece provenir de los tejidos más profundos de los pies, los dedos o los tobillos.
    • El dolor no es solo una debilidad que sale de su cuerpo. Si lo experimenta constantemente, especialmente cuando se trata de actividades diarias, o persiste durante el descanso, consulte a un médico. Ignorarlo puede empeorar la lesión.
  3. Tenga en cuenta la hinchazón y la sensibilidad. Si tiene una fractura por estrés, puede notar que la parte superior de su pie está hinchada y sensible al tacto. La hinchazón también puede ocurrir en la parte exterior del tobillo.
    • No es normal experimentar un dolor agudo al tocar cualquier área del pie o del tobillo. Si nota dolor o sensibilidad en el pie, consulte a su médico.
  4. Examine el área en busca de hematomas. No siempre aparecen en fracturas por estrés, pero esta es una posibilidad.
  5. Consultar a un médico. Puede sentir la tentación de "tomar el paso" del dolor presente en la fractura por sobrecarga, pero es mejor no hacerlo. Si no busca tratamiento, puede empeorar con el tiempo y el hueso puede incluso romperse por completo.

Método 3 de 4: Recuperación del pie roto

  1. Confíe en el diagnóstico de su médico. Dependiendo de los síntomas existentes, puede ser necesario realizar algunas pruebas de imagen no invasivas en el pie lesionado.Entre las más comunes se encuentran la radiografía, la tomografía computarizada (TC) y la resonancia magnética (RM). Estas técnicas le permiten al médico examinar el pie en busca de huesos rotos y controlarlos a medida que se recuperan.
  2. Siga los consejos médicos sobre qué hacer después del tratamiento. En muchos casos, la cirugía no es necesaria para tratar adecuadamente un pie fracturado. El hospital a menudo colocará un yeso en el pie afectado o proporcionará muletas para eliminar la necesidad de soportar peso. El médico probablemente le aconsejará que mantenga el pie elevado y use hielo en la zona afectada para evitar la hinchazón y la aparición de nuevas lesiones.
    • Cuando use muletas, trate de poner el peso de su cuerpo en sus brazos y manos. Evite apoyarlo completamente en sus axilas, lo que puede dañar los nervios en esas áreas.
    • ¡Siga las órdenes de su médico! No evitar poner peso sobre el pie afectado es la causa número uno de retrasos en la recuperación y la recurrencia de lesiones y fracturas.
  3. Tome sus medicamentos según lo recomendado. Su médico puede recomendarle que tome AINE (medicamentos antiinflamatorios no esteroides) como aspirina, ibuprofeno (Advil, Motrin) o naproxeno (Aleve). Ayudarán a aliviar el dolor y la hinchazón asociados con el proceso de recuperación.
    • Si tiene una cirugía programada, es posible que deba dejar de usar medicamentos una semana antes de la fecha. Consulte a su médico o cirujano para obtener más información.
    • Utilice siempre la dosis más baja posible para controlar el dolor y deje de tomar AINE después de 10 días para evitar complicaciones.
    • Su médico también puede recomendarle aumentar su ingesta de calcio y vitamina D, los cuales son cruciales para la salud ósea.
  4. Realice una cirugía si lo recomienda su médico. En la mayoría de los casos, el médico intentará darle tiempo suficiente al pie para que se cure por sí solo, inmovilizándolo con yeso y limitando su actividad. En otros, sin embargo, el pie lesionado puede necesitar manipulación (conocida como fijación interna) si los extremos fracturados del hueso están desalineados. Esto implica mover el hueso hasta que vuelva a la alineación adecuada y luego pasar alfileres a través de la piel para mantenerlo en su lugar hasta la recuperación completa. El postoperatorio puede alcanzar aproximadamente las seis semanas, tras las cuales los pines se retiran fácilmente. En casos más graves, es posible que deba implantar tornillos o postes para mantener el pie en su lugar mientras sana.
  5. Haga un seguimiento con un médico ortopédico o cirujano pediatra. Incluso si la lesión no requiere cirugía, el ortopedista o cirujano pediátrico podrá monitorear adecuadamente el proceso de recuperación. Si durante el proceso se produce una reincidencia de la lesión u otras dolencias, prescribirá el tratamiento adecuado, ya sea terapia o cirugía.

Método 4 de 4: fisioterapia para pies rotos

  1. Haga fisioterapia después de que le hayan quitado el yeso, según lo recomiende su médico. Puede aprender varios ejercicios para mejorar la fuerza y ​​la flexibilidad del pie lesionado y prevenir futuras lesiones.
  2. Calienta al comienzo de cada sesión. Comience con unos minutos de ejercicio ligero, como caminar o andar en bicicleta en una bicicleta estática. Esto relajará sus músculos y estimulará el flujo sanguíneo.
  3. Tramo. Los ejercicios de estiramiento son un punto importante para restaurar la flexibilidad y el rango de movimiento. Realice el régimen de ejercicios recomendado por su médico o fisioterapeuta, estirando los músculos y tendones del pie lesionado. Si siente algún dolor mientras lo hace, consulte a su médico.
    • Un buen ejemplo es estirar la toalla. Siéntate en el suelo con una pierna estirada y pásala por la planta del pie. Sujételo por los bordes y tire de la parte superior de su pie hacia usted. Sentirá el estiramiento en la pantorrilla y el tobillo. Mantenga este estiramiento durante 30 segundos y luego descanse durante 30 segundos. Repite este ejercicio tres veces.
  4. Realice los ejercicios de fortalecimiento adecuados. Cuando se realiza correctamente, los ejercicios de fortalecimiento pueden ayudarlo a recuperar la fuerza y ​​la resistencia necesarias en el pie lesionado para realizar las actividades diarias normales. Si siente dolor mientras realiza alguno de los ejercicios, consulte a su médico o fisioterapeuta.
    • Un ejemplo de ejercicio de fortalecimiento se realiza con canicas. Siéntese en una silla con los pies apoyados en el suelo y coloque 20 canicas en el suelo frente a usted. Coloque un tazón junto a ellos. Tome las canicas, una a una, con el pie lesionado y colóquelas en el cuenco. Sentirá este ejercicio en la parte superior de su pie.
  5. Haga los ejercicios prescritos con regularidad. Es importante seguir la fisioterapia para poder volver a las actividades diarias y disminuir las posibilidades de una lesión recurrente.

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