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Tener una actitud crítica puede dañar tu trabajo y tu relación con las personas, pero cambiar tu forma de pensar no es tan sencillo. Este intento de convertir sus perspectivas en una visión más favorable y comenzar a juzgar menos requiere tiempo y práctica. ¡La buena noticia es que es posible! Puede, por ejemplo, desafiar sus pensamientos reprobables, concentrarse en las fortalezas de las personas y hacer críticas positivas, en lugar de simplemente juzgar con dureza lo que cree que está mal. Después de un tiempo, comenzará a analizar las situaciones bajo una nueva luz y comenzará a apreciar y alentar a más y más personas.
Pasos
Método 1 de 2: Desarrollar una línea de pensamiento menos crítica
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Respire hondo antes de un pensamiento reprensible. El juicio viene a la mente de forma natural, lo que debe hacer es aprender a restringirlo cuando surja ese tipo de idea. Preste más atención a los pensamientos críticos cuando aparezcan y trate de analizar menos.- Cuando se enfrente a un razonamiento crítico, tenga en cuenta lo que está pensando. Por ejemplo, cuando piense "¡Vaya, no puedo creer que se fue y dejó a su hijo con otra persona!", Deténgase inmediatamente y comprenda que está sacando conclusiones sin conocer el panorama general.
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Desafía el juicio. Una vez que haya identificado el pensamiento crítico, debe enfrentarlo. Una forma de hacerlo es reflexionar sobre las suposiciones que está haciendo sobre las personas.- Cuando piensas “No creo que deje salir al niño de la casa así”, estás asumiendo que la mujer es una madre terrible y no sabe cómo cuidar a su propio hijo. La realidad, sin embargo, puede ir mucho más allá de su juicio superficial. Quizás esta mujer es una madre soltera que necesita llevar a su hijo a la escuela y aún llegar a tiempo al trabajo, y como resultado, no siempre puede vestir al niño como debería.
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Trate de ser más comprensivo. Después de examinar a fondo sus teorías, encuentre una manera de ver la situación con un poco de empatía y comprenda que hay una razón plausible detrás de estas actitudes, incluso si no está de acuerdo con ellas al principio.- En cuanto a la madre que sale con el niño desordenado, por ejemplo, puedes pensarlo de esta manera: “Cuidar a un niño sola no es fácil y las cosas no siempre salen según lo planeado. Ciertamente no dejó que el niño se fuera así por elección o por negligencia, eran las circunstancias del momento ”.
- Identifica las fortalezas de las personas. Centrarse en las características positivas de alguien también ayuda a minimizar esa actitud crítica. Siempre que esa chispa de juicio comience a manifestarse, reflexiona sobre las cualidades y las cosas que admiras de esa persona.
- ¿Leíste críticamente sobre alguna actitud de ese compañero de trabajo? Piensa en la forma gentil en que te trata y en cómo siempre prestas atención a tus lloriqueos cuando necesitas desahogarte. O piensa en lo creativa que es y siempre logra hacerte reír. En lugar de insistir en los aspectos negativos, piensa en los positivos.
- Olvida lo que hiciste por los demás. Pensar que las personas están en deuda contigo puede hacerte sentir con derecho a juzgarlas. Trate de olvidar el resentimiento y piense en las cosas buenas que cada uno ha hecho por usted.
- ¿Un amigo pidió dinero prestado y aún no lo ha pagado? Deja ir el dolor y piensa en su buen corazón.
- Establezca metas claras. A veces, las personas no logran sus objetivos porque son demasiado complejos, y juzgar solo por la complejidad ya es un obstáculo importante. Es más fácil establecer objetivos fragmentados y dar un paso a la vez para completar todo el viaje. Tomando esta premisa en práctica, piense en qué aspectos de juzgar y criticar a los demás realmente desea cambiar.
- ¿Quieres elogiar a las personas con más frecuencia, por ejemplo? ¿O espera poder ofrecer una crítica más constructiva? Trate de establecer metas lo más específicas posible para aumentar sus posibilidades de alcanzarlas.
Método 2 de 2: volverse más maleable
- Espere un poco. Trate de controlar la necesidad de criticar de inmediato. Si es posible, primero haz un cumplido y solo después de un tiempo haz algún tipo de comentario expresando tu opinión. Con esta actitud podrás pensar mejor en la situación y las posibilidades de hacer una crítica que será bien recibida por la otra parte son mucho mayores.
- A menos que sea realmente necesario, piense en la posibilidad de simplemente no dar una opinión. Comencemos con el ejemplo de que un compañero de trabajo acaba de hacer una presentación y usted tiene algunas consideraciones que hacer. ¿Estos comentarios ayudarán en algo en este momento? Si la respuesta es no, déjelo para cuando tenga otra presentación o para cuando surja una buena oportunidad.
- Por cada reseña, ofrezca dos cumplidos. La denominada “técnica sándwich” es un método muy utilizado por los emprendedores para brindar retroalimentación a los empleados. Para hacer una crítica, comience primero con un cumplido, luego haga el comentario deseado y termine con otro elogio.
- Un ejemplo de qué decir: “¡Tu presentación fue fantástica! En algunos momentos tuve un poco de dificultad para seguir el contenido, ¡pero estoy seguro de que el próximo será aún mejor! ”.
- Habla en primera persona. Cuando comienzas una revisión diciendo "Tú", parece que estás buscando una discusión, lo que automáticamente pone a la otra persona a la defensiva. Por otro lado, cuando comienzas la oración asumiendo la responsabilidad de ti mismo, la receptividad es mejor.
- En lugar de decir, por ejemplo, "Siempre me interrumpes cuando hablo", di "Me frustro un poco cuando hablo y alguien me interrumpe".
- Sugiera una actitud diferente en el futuro. Otra buena forma de opinar es a través de sugerencias. A diferencia de hacer una declaración sobre algo que la persona ha hecho o decir que debe cambiar la forma en que actúa, la sugerencia es una forma ligera de decir que puede hacerlo mejor.
- No diga “¡Siempre dejas tus calcetines en el piso!”, Prefiera “La próxima vez, ¿puedes tomar tus calcetines y tirarlos a la canasta de ropa sucia?”.