Cómo tratar una lesión en la ingle

Autor: Charles Brown
Fecha De Creación: 9 Febrero 2021
Fecha De Actualización: 18 Mayo 2024
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Cómo tratar una lesión en la ingle - Consejos
Cómo tratar una lesión en la ingle - Consejos

Contenido

Las lesiones en la ingle pueden causar un dolor leve o casi insoportable y afectar a personas de todas las edades. El dolor proviene de la laceración o ruptura de uno de los cinco músculos de la parte interna del muslo, que conectan la ingle con la cresta de la pelvis o las rodillas. Tratar una lesión como esta requiere paciencia y descanso, con una reanudación gradual de la vida normal. En algunos casos, especialmente cuando la herida es muy grave o tarda en sanar, se debe buscar atención médica.

Pasos

Parte 1 de 3: para un alivio inmediato

  1. Haz una compresa fría en el lugar. Aplicar hielo sobre la lesión lo antes posible para prevenir la hinchazón y detener un posible sangrado subcutáneo, que previene los hematomas.
    • Durante los primeros días después de la lesión, realice sesiones de compresas frías de 15 minutos una vez cada dos o tres horas.
    • Evite colocar el hielo en contacto directo con la piel. Colóquelo en una bolsa de plástico o compresa. También es posible envolver verduras congeladas (como guisantes) en una toalla.
    • Continúe tratando el sitio con hielo durante los días posteriores a la lesión. Cuando reanude sus actividades físicas normales, haga compresas de tres a cuatro veces al día o después de hacer ejercicios ligeros.

  2. Descanso. La duración del período que necesitará para evitar el ejercicio está determinada por la gravedad de la lesión.
    • Las lesiones leves a moderadas requieren de dos a cuatro semanas de descanso. El más grave, de seis a ocho semanas (o más).
    • Para permitir que comience el proceso de curación, deje de realizar cualquier actividad que requiera movimientos de los aductores. Antes de reanudar estas actividades, intente ver si todavía siente dolor.

  3. Comprima el músculo lesionado. La compresión ayuda a reducir la hinchazón y estabilizar el músculo afectado.
    • Algunas farmacias venden bandas de compresión específicas para la ingle; son muy útiles para este tipo de lesiones. Se ajustan cómodamente a la ingle sin comprimirla demasiado, lo que podría comprometer la circulación sanguínea de la región.
    • Comprimir la región con vendajes o bandas elásticas también es una alternativa, aunque se debe tener cuidado de no apretar demasiado.

  4. Acuéstese con el área de la ingle por encima del resto del cuerpo. Además de reducir la hinchazón, esta posición mejora la circulación sanguínea.
    • Siempre que sea posible, acuéstese y use un cojín, almohada o toalla enrollada para levantar la pierna afectada por encima del nivel de la cintura.
  5. Alterne compresas frías con compresas calientes. Pasados ​​varios días desde el inicio de la lesión, realizar una sesión de compresa caliente entre las de compresa fría.
    • El calor ayuda a aliviar el dolor y la incomodidad de una lesión.
  6. Toma algún medicamento antiinflamatorio. El ibuprofeno, el naproxeno y la aspirina son algunos de los medicamentos que ayudan a reducir el dolor y la inflamación.
    • Los medicamentos de venta libre derivados del paracetamol alivian el dolor, pero no tratan la inflamación.
    • Siga las instrucciones de la etiqueta o del médico.
  7. Aprenda a distinguir la lesión de la ingle de otras enfermedades. Este tipo de lesión produce síntomas muy similares a otras dolencias (y viceversa).
    • La lesión en la ingle suele ir acompañada de calambres o tensión muscular y dolor agudo o repentino (especialmente cuando el músculo está contraído o estirado).
    • Dependiendo de la gravedad del estiramiento muscular, incluso actividades simples como caminar pueden ser dolorosas.
    • Una hernia deportiva está indicada por dolor en la parte baja del abdomen e ingle, dolor al toser o estornudar y dolor continuo en la ingle que se intensifica durante cualquier actividad física.
    • Las fracturas por estrés en el fémur o el hueso púbico pueden causar dolor en la ingle que se irradia al trasero. Probablemente experimente dolor por la noche, así como también hinchazón y sensibilidad; sus síntomas no mejorarán hasta que haya reposo, aplicación de compresas frías y elevación de la zona lesionada.
    • El dolor testicular, el entumecimiento, el hormigueo, la hinchazón, los problemas para orinar y la fiebre son síntomas que deben ser investigados por un médico cuando acompañan al dolor en la ingle.
  8. Haga un ejercicio de aductores para averiguar si su ingle está lesionada. Si los síntomas son muy sutiles o no está seguro del tipo de lesión, realizar ciertos tipos de movimientos puede ayudar a determinar si el problema está en la ingle.
    • Proporcione un objeto ligero, como una pelota de ejercicios, colóquelo entre sus dos piernas e intente comprimirlo. Si siente dolor al intentar realizar el movimiento, probablemente tenga la ingle distendida.
  9. Busque ayuda médica si el dolor es incesante. Los dolores permanentes que empeoran cuando el paciente hace un esfuerzo pueden ser un signo de hernia, no una lesión en la ingle.
    • La hinchazón en la base del abdomen o la ingle es otro síntoma de hernia. Esta enfermedad ocurre cuando una parte debilitada del músculo de la pared abdominal permite que el intestino se desplace.
    • La hernia requiere atención médica.

Parte 2 de 3: Buscando ayuda médica

  1. Concierte una cita para averiguar la gravedad de la lesión. Cinco músculos promueven el movimiento de los aductores en las piernas.
    • El movimiento del aductor es cualquier movimiento que se mueva desde la periferia hacia el centro del cuerpo. Las personas más propensas a sufrir lesiones en los músculos aductores son los deportistas que necesitan correr, cambiar de posición rápidamente o realizar movimientos amplios y que requieren mucha fuerza (como patear un balón de fútbol, ​​por ejemplo).
    • Los cinco músculos aductores son el pectineo, el aductor corto, el aductor largo, el grácil y el gran aductor.
  2. Pídale a su médico que le diga la gravedad de la lesión. El grado de lesión está determinado por la gravedad.
    • Las lesiones de primer grado son leves, caracterizadas por la distensión de uno o más de los cinco músculos aductores, con micro roturas en las fibras musculares.
    • Las lesiones de segundo grado son las más comunes. En ellos, se produce una ruptura parcial de un haz de músculos.
    • Las lesiones de tercer grado son las más graves y causan el dolor más intenso. Son equivalentes a la rotura total de uno o más músculos aductores.
  3. Prepárate para un largo período de rehabilitación. El tiempo de descanso requerido varía según el grado de lesión. En varios casos, el paciente necesita descansar de ocho a seis semanas (o más) para recuperarse por completo.
    • Es importante que sigas el período de descanso sugerido por el médico para evitar la reaparición de la lesión.
  4. Vuelva al médico si no mejora. Si los síntomas empeoran o si no hay un progreso significativo, la fuente del dolor puede ser otra.
    • Consultar con un profesional le ayudará a descubrir la causa del malestar.
    • Además, controle el dolor; si empeora en los días posteriores a la lesión, vuelva al médico.
  5. Los bultos en la ingle deben ser evaluados por un médico. Busque ayuda inmediata si aparecen hinchazón, bultos o protuberancias en o cerca del escroto.
    • Consulte con un médico si el dolor se origina en la parte inferior del abdomen y se irradia a los lados o la ingle.

Parte 3 de 3: Evitar que las lesiones empeoren

  1. Evalúe sus síntomas. Reanude sus actividades normales a medida que mejoren. Si vuelve a practicar deportes mientras todavía tiene dolor, podría empeorar la lesión.
    • Evite hacer un esfuerzo mientras tiene dolor. Abstenerse de actividades pesadas con las piernas (como caminar a paso ligero, trotar, etc.).
    • Cuando se deshaga del dolor, reanude gradualmente el deporte.
  2. Si siente dolor nuevamente, disminuya su actividad. Esté atento a las señales que emite el cuerpo cada vez que realiza un esfuerzo.
    • Reduzca la intensidad o duración del ejercicio si siente dolor mientras lo hace. A medida que el dolor disminuya, vuelva a hacer ejercicio al ritmo habitual.
    • El dolor persistente es una indicación de que la lesión puede reaparecer o que puede ocurrir una nueva. Hasta que se alivie este síntoma, es importante que disminuya el alcance y la intensidad de sus sesiones de ejercicio. Si el dolor continúa, regrese al médico.
  3. Haz una lista mental de los movimientos que implica tu deporte. Intenta rehacer cada maniobra necesaria para participar en tu deporte.
    • Muévete lenta y deliberadamente, evitando esforzarte demasiado o sufrir grandes impactos. Regrese al deporte solo si no siente dolor.
  4. Trabaje con un entrenador que se especialice en su deporte. Este profesional te ayudará a recuperar el 100% de tu acondicionamiento y empleará técnicas de calentamiento y estiramiento para prevenir más lesiones.
  5. Calentar y estirar. Una de las causas más frecuentes de lesiones en la ingle es la falta de preparación adecuada para la actividad física.
    • El estiramiento ayuda a relajar los músculos aductores y a prepararlos para el ejercicio físico. El período de calentamiento estimula la circulación sanguínea en dichos músculos, lo que permite al atleta realizar movimientos explosivos con mayor facilidad.
    • Haga un simple estiramiento de la ingle antes y después de hacer deporte. Siéntese en el suelo con la espalda contra la pared. Doble las rodillas en direcciones opuestas, uniendo las dos plantas de los pies. Use sus manos para tirar de ellas hacia su ingle, tratando de mantener las rodillas cerca del piso. Permanezca en esta posición durante 20 segundos y repita el ejercicio nuevamente.
  6. Continúe haciendo compresas frías y calientes. En las primeras semanas después de reanudar su rutina de ejercicios, aplique hielo en el área de la ingle después de la actividad física. Trate de descansar y use un vendaje compresivo.
    • Para aliviar el dolor residual, use una compresa caliente después de la actividad física.

Consejos

  • Lea las señales de su cuerpo. Sentir dolor después de recuperarse de una lesión de este tipo es una señal de que se está esforzando más de lo debido.
  • Evite los riesgos obvios. Correr en terrenos irregulares (como en la playa) es una de las principales causas de distensión en la ingle.
  • Las personas sedentarias de todas las edades también pueden sufrir una lesión en la ingle, especialmente los adultos mayores y las personas con artritis en el área de la pelvis. Independientemente de su edad, consulte a un médico si siente dolor en la parte interna del muslo.
  • La natación es una actividad excelente para el período de recuperación (siempre que el paciente no sienta mucho dolor). El agua soporta el peso del cuerpo y permite que los músculos de las piernas se muevan sin mucho esfuerzo.
  • Reanude gradualmente su antigua rutina. Trate de descansar entre cada sesión de ejercicio.

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